A una persona le toma años convertirse en persona. Las opiniones pueden cambiar, los pensamientos se vuelven más saludables y las acciones son significativas. Al crecer, por supuesto, una persona cambia. Pero debe haber algo inmutable. Para entender qué se puede cambiar y qué es lo mejor para mantener lo mismo, pasemos a las obras literarias.
Recordemos la gran novela en los poemas de Pushkin "Eugene Onegin". Al comienzo del trabajo, vemos a un joven noble que busca desesperadamente una nueva ocupación, y a la joven Tatyana, ansiosa por conocer su amor. Al darse cuenta de la profundidad de sus sentimientos, Tatyana decide escribir una carta a Eugene, en la que admite su atracción. Para la niña, esto se consideraba absolutamente inaceptable. En respuesta, Tatyana no recibe la respuesta deseada, y pronto nos encontraremos con héroes más maduros. Las opiniones de Onegin con respecto a la heroína se volvieron diferentes: ahora, habiéndose enamorado de Tatyana, está tratando de lograr su ubicación. Sin embargo, Tatyana, a pesar de sus sentimientos anteriores, rechaza el ahorcamiento porque ahora es una mujer casada. Puede comenzar a relacionarse con una persona de una manera completamente diferente, como Onegin, pero debe seguir el ejemplo de Tatiana, que siempre se mantiene fiel a sus principios. Para la niña, lo principal es la familia, por lo que la heroína leída se convierte en un firme y fuerte guardián del hogar familiar.
Al crecer y convertirnos en una persona que observamos en muchos héroes de la novela épica Tolstoi "Guerra y paz". Mirando de cerca a Natasha Rostova al comienzo del trabajo, el lector puede no percibirla como una niña digna. El acto de Natasha hacia Andrei Bolkonsky puede llamarse frívolo, porque la heroína casi se escapa con Anatoly Kuragin. Pero al final del cuarto volumen vemos a Natasha Bezukhov, que ha madurado, fiel y aferrándose a su familia. En su juventud, la niña era capaz de estupidez, pero, aprendiendo de los errores, ya no admite esto en una relación. Natasha se benefició del tiempo y la experiencia, la cambió, al tiempo que conserva el encanto y la vivacidad de la heroína, su amabilidad y capacidad de respuesta.
Con el tiempo, una persona cambia no solo externamente, sino también internamente. Puede ver algunas cosas de manera diferente, de repente puede enamorarse de algo a lo que el alma no había mentido antes. Sin embargo, al crecer, es muy importante que una persona mantenga las mejores cualidades sin cambios en sí misma: amor y respeto por quienes lo rodean, así como lealtad a sus seres queridos, a sí mismo y a sus principios.